No puedes culparme por ser así. No puedes culpar mis actos o emociones.
Ni puedes culparme por los crímenes que he hecho ya van muchos en mi cuenta, ya es hora de mi juicio, aunque me nombraran culpable (lo soy).
No es mi culpa no poder ver en tu oscuridad.
Y más que nada no puedes culparme por un crimen, porque en cada crimen hay gente que ve o escucha, siempre hay un complice, y alguien que me ayuda con mi coartada.
Sin embargo, si merezco tu odio, pero no solo me debes culpar a mi, mira a tu alrededor, hay más sospechosos y complices de los que parecen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario