18.10.08

Viaje sorpresa

Día agitado, corriendo hacia allá y hacia acá, recorrí muchas horas y mis pies duelen, arden, y no dan más. Pero valió la pena por ver esta vista, solo por ver un mar cubierto de luces nocturnas, amarillas y blancas, fue hermoso, aunque fuera algo que ya estaba acostumbrada a ver, esta noche fue aun más bello, claro en el viaje tuve mis percances, y mi melancolía bajo al hecho de derramar una lágrima sobre mi mano, sin percatarme hasta que esta la rozo.
Ese paisaje, esa vista algo tenia que nunca antes lo había visto. Y la luna era una galleta, una galleta en una vitrina. De color crema y con una mascada, bella.
Luego me impaciente, quería terminar luego mi viaje, y mis piececitos ya no lidiaban solo con el dolor, sino los los grados bajo cero que habían a esa hora, y yo caminaba, y esperaba.
Llegue a mi destino, muerta. Y llegue a mi castillo, pase el portón de entrada, subí las altas escaleras, subí a lo alto de mi recámara, y ahí me quede, pensando, observando el cielo estrellado, se nota una gran diferencia de lo urbano a lo rural, como dijo la profe de historia, el cambio que se observa saliendo de la ciudad, yo lo note.
Y que bellos dias me esperan, tengo mi castillo, mis guardianes pero solo me falta que mi príncipe venga por mi y salgamos descalzos a tocar la tibia y acogedora arena, con esa brisa que golpea tu rostro y tu cabello, pucha que me gusta la playa.

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